Lo más honesto que puedo regalarme en este momento es el silencio.
No llenarme la boca, ni las manos, ni las hojas de palabras que poco significan y nada transmiten cuando soy un grito mudo, constante, atrapado en un cuerpo pusilánime.
Lo más honesto que puedo regalarme en este momento es el silencio.
No llenarme la boca, ni las manos, ni las hojas de palabras que poco significan y nada transmiten cuando soy un grito mudo, constante, atrapado en un cuerpo pusilánime.